Me atrevo decir que toda mujer en algún momento se ha propuesto ser atractiva y sexy; sea para sí misma o para alguien. Sin embargo, pensamos que cumplir con esas expectativas de apariencia física exigidas, ya sea por la publicidad, la sociedad o las creencias culturales nos agotan, drenan y estresan por que se basan en ser lo más parecido a un no sé “de perfección”. Nos hemos comido el cuento de los miles procesos dermatológicos o estéticos del “antiaging’’, las píldoras y cremas mágicas, los masajes milagrosos y las cirugías rescatadoras. Hemos buscado modas nuevas y a la vanguardia, gastado cientos de dólares en zapatos, carteras y maquillajes de marcas e incluso tenemos a los mejores estilistas. Pero te pregunto ¿Cómo realmente crees que puedes ser atractiva y sexy?

Soy una mujer joven y en muchos momentos de mi vida quise cumplir con ese estereotipo de mujer ideal. Según el mío era ser delgada y tonificada, piernas extremadamente marcadas y fuertes, nalgas paradas y hasta en su momento me quise hacer el busto porque siempre pensé que lo tenía pequeño para el gusto de los hombres. Me costaba demasiado verme diferente a ese ideal de “mujer perfecta’’ que tenía. Puede que tu concepto sea distinto al mío, lo que aquí se discute es el asunto de vivir insatisfechas de lo que tenemos o somos al momento actual. Y luego de muchos cantazos y de desilusionarme; por que por más que hiciera nunca era suficiente. Me di cuenta que lo que realmente me hace atractiva y sexy es la forma en que me valoro, me cuido y me respeto.

Pude percatarme que mientras mas valor me daba más sensual me volvía ante los ojos de mi pareja. Notaba como el comenzaba a llamar mas mi atención y a decirme que me veo mas bonita. Además, me sentía más satisfecha conmigo y mas segura de lo que era capaz de lograr en muchas cosas hasta en el sexo. Así que en este escrito pretendo recalcar que si es importante el cuidado del aspecto físico, verme representable, bonita y atendida, no obstante el cuidado del aspecto interior es mas determinante al momento de ser una gran seductora.

Lo que realmente nos hace que toda persona se derrita por nosotras es la forma en que nosotras mismas nos consideramos importantes; es el autorespeto. Es nuestra capacidad de amarnos, cuidarnos y valorarnos lo que nos hace atractivas y sexy más que el tamaño de mis senos o mis glúteos, más que la ropa que llevo o las marcas que compro y sobre todo más que las veinte cremas que me pongo en las noches pensando que van a desaparecer mis inseguridades y problemas de autoestima. Agradarles a otros no se trata principalmente de cómo me veo sino de lo que transmito, proyecto e irradio.

Así que en lo que nos necesitamos enfocar más que en la apariencia es en la esencia. Mas que querer impresionar por como me veo, por lo que tengo, por lo que hago, por los títulos que llevo o por las personas, por dar la impresión de tener esa vida perfecta en las redes sociales. Lo importante es conectar con lo que realmente soy y vivir desde ahí.

El autorespeto es la actitud más atractiva y cautivadora que una mujer puede tener. Decimos mucho “yo respeto a quien me respeta” y la verdad es que el considerarme importante a mí misma va más allá de como otros me vean y/o me traten.

El autorespeto es ser mi palabra. Es cumplir con los compromisos que me hago a mi misma y no solo los que le hago a otros. Es autocuidarme; alimentarme de forma saludable y cuando te hablo alimentarme no solo me refiero a los alimentos y/o la calidad de ellos que elijo o rechazo para que entre en mi cuerpo sino a todo lo que entra por mis cinco sentidos. Es velar lo que escucho, observo, siento, pruebo y olfateo. Es nutrirme mental, física y espiritualmente a través de ellos. Sacar tiempo de mi cargada agenda para realizar actividad física, ya sean 20 o 30 minutos irme a caminar al aire libre, bailar, brincar, levantar pesas, hacer una clase de cardio o ir a yoga y pilates. Es valorar el descanso, permitirme relajarme y disfrutar de ese momento sin pensar que esto es una perdida de tiempo por que no estoy haciendo nada. Autorespetarme es validar mi opinión sin invalidar la de los demás. Es hacer sentir mi presencia desde la tolerancia y la aceptación a la diversidad.

Se trata de saber ponerme limites para saber ponerle limites a los demás. Establecer que cosas voy a permitir en mi vida y cuáles de inmediato serán descontinuadas sabiendo que tengo derecho a elegir y escoger. Autorespeto es saber identificar, abrazar y aceptar tanto mis puntos fuertes como los débiles sin la necesidad de compararme todo el tiempo con otros.

El autorespeto es ser mi mejor amiga y hablarme de forma amorosa, paciente y compasiva. Es dejar la mala costumbre de estar criticándome por todo sin permitirme aprender de las experiencias que categorizo como “errores”. Respetarme es organizarme y aprender a manejar mi tiempo sacando espacio para las responsabilidades, la recreación, el autocuidado y el óseo creativo. En fin cada vez que pongo en practica todos estos comportamientos como parte de mis hábitos diarios me vuelvo la mujer mas atractiva y sexy del mundo. Es cuando me doy cuenta que ya no necesito tanto embeleco para gustarme por que la verdadera belleza radica en la sencillez de ser yo misma.

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